Jesucristo
Enseña la biblia 2 Esperanzas
¿ENSEÑA LA BIBLIA DOS ESPERANZAS
DISTINTAS: UNA PARA ISRAEL Y OTRA
PARA LA IGLESIA COMO SOSTIENEN LOS
EVANGÉLICOS?
Por Ing° Mario A Olcese S
“Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en
esperanza
todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios 4:4,5).
una mismade vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre deEl Dispensacionalismo
Sin duda el culpable de hacer esta distinción es Darby y su teoría
dispensacionalista. Esta enseñanza fue desarrollada en la primera mitad del siglo
por J.N. Darby. Darby, que buscaba legitimar su nueva ideada teoría del “rapto
secreto” y su venida en "dos fases", dividió la Biblia en textos para Israel y para la
Iglesia como si éstas fueran en realidad dos entidades distintas con dos destinos y
promesas diferentes.
Darby hace una completa diferenciación entre Israel y la Iglesia como dos pueblos
de Dios: terrenal y celestial dualistamente contrastados. La iglesia gobernará la
creación desde los cielos con Jesucristo, con la mediación de las bendiciones de
Dios sobre la tierra. Israel y las naciones tendrán un futuro glorioso en un reino
imperial terreno. La iglesia y su futuro, sin embargo, son completamente diferentes
al de Israel y los gentiles. Cristo reunirá todas las cosas en sí mismo. El pueblo
celestial (la Iglesia) participará de su gloria en los cielos; el pueblo terrenal (Israel)
recibirá gloria que viene de los cielos; que brillará sobre él, y participará de esa
gloria desde y sobre la tierra. Al final, según Ryrie no habrá una distinción eterna
entre una humanidad en el cielo nuevo y otra en la tierra nueva. Ambos irán al
cielo al final de las edades. Específicamente, Israel irá al cielo al final del milenio.
De modo que, las promesas que este pueblo espera no son eternas en el sentido
terrenal, pues se convertirán en celestiales después del reino milenario.
La Iglesia No Reemplazó a Israel
Por otro lado, existe la llamada
sustituido a su antigua nación o pueblo de Israel por la llamada Iglesia gentil. La
teología del Reemplazo propugna que las promesas que Dios les hizo a los
antiguos judíos han pasado a manos de los creyentes gentiles de todo el mundo,
Teología del Reemplazo que dice que Dios ha2
constituyéndose así ellos en el nuevo y verdadero Israel de Dios. Pero ésta no es
una creencia que se pueda sostener en las Escrituras, ni menos, si nos atenemos a
lo dicho por Pablo en Romanos 11:1,2, donde Pablo dice que Dios no ha rechazado
a su pueblo prístino al cual desde antes conoció”. Y si Pablo dice categóricamente
que Dios no ha rechazado al Israel carnal, ¿por qué los Católicos Romanos y buen
un número de las iglesias protestantes sostienen lo contrario? ¿A quién vamos a
creer, a los teólogos de hoy que dicen que sí fueron rechazados, o a Pablo, quien
dice que no? Así que el pueblo Judío el prístino aún está considerado por Dios
dentro de su plan salvador, y no lo podemos descartar como lo hacen muchos
llamados cristianos.
El Remanente Judío y la Iglesia Tienen un Destino Común
El Israel antiguo (compuesto por los padres y todos los héroes de la fe) y la Iglesia
de Cristo (compuesta por el remanente judío y los gentiles convertidos de todo el
mundo) tienen un mismo destino y conforman el Israel de Dios. El remanente fiel
de Israel en la época de Pablo consistía de hombres como los apóstoles y los 3,000
judíos de todo el mundo que creyeron en Yeshua en el día de Shavuot
(Pentecostés). Aumentaron rápidamente a 5,000 y luego a decenas de miles
(Hechos 21:20). No sólo fueron los primeros discípulos judíos de Yeshua los líderes
del movimiento mesiánico, sino que fueron considerados parte del remanente fiel
en Israel.
Los pactos que Dios ha hecho con Israel como nación escogida, ciertamente no
aseguran la salvación y la vida eterna a todo individuo de la nación. Sólo aquellos
escogidos por gracia (el remanente), que a través de la historia de Israel dieron la
bienvenida al camino de salvación de Dios, la han obtenido. Desde la venida de
Yeshua (Jesús) son los judíos cristianos o mesiánicos los que han obtenido la
salvación de entre el pueblo escogido.
Recordemos que tanto gentiles como Judíos se convierten en verdaderos hijos
Abraham por la fe y la obediencia al Señor Jesús. Es la fe seguida de la obediencia
que hace posible la salvación de los hombres, ya sean éstos Judíos o no Judíos
(Romanos 1:17).
En Gálatas 3:16, 29 Pablo dice algo muy interesante que pocos se han detenido a
meditar con oración. Estos pasajes dicen
promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como
de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de
Abraham sois, y herederos según la promesa”
palabras paulinas, pues nos dicen lo contrario de las afirmaciones del
dispensacionalismo, el cual enseña dos promesas y dos esperanzas distintas para el
pueblo de Dios. Aquí Pablo está diciendo que a Abraham y a su simiente (Cristo)
les fueron hechas las promesas. Es decir, aquí tenemos representados a los dos
periodos de la Biblia: El AT a través de Abraham, y el N.T a través de Cristo, la
: “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las. Tenemos que entender cabalmente estas3
simiente. También podemos ver en ellos representados al pueblo Hebreo fiel, y a la
iglesia. Tanto Cristo (y su iglesia) y Abraham (y su descendencia según la carne)
recibieron las mismas promesas. Acá
diferentes: una para el padre Abraham, y otra para su simiente, Jesucristo. Los que
dicen que Dios dio dos promesas distintas a estas dos personas, están
contradiciendo a Dios mismo, quien, a través de Pablo, también dijo:
un Espíritu,
vocación;
y por todos, y en todos”
Lo real es que Pablo dice que los que son de Cristo son también linaje o
descendencia de Abraham, y por tanto, herederos según la promesa. Es decir, los
creyentes son linaje de Abraham y herederos de las mismas promesas hechas a
Abraham (Gál. 3:16,29).
no vemos que Dios declara dos promesas“Un cuerpo, ycomo fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestraun Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos,(Efesios 4:4,5).¿Cuáles promesas?
Ahora es necesario investigar cuál fue la promesa que Dios le hizo a Abraham,
pues es también para todos los que son de la fe. Aquí debe empezar cualquier
investigación sobre la herencia de los salvos. Pues empecemos en Génesis 12:1-3:
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa
de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.3 Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra”
.Aquí vemos que Dios llama a Abraham para mostrarle una tierra y luego le dice
que se originará de él una gran nación y que él será de bendición para todas las
naciones de la tierra. Más adelante veremos que esa bendición viene a través de su
descendiente, el Señor Jesucristo. Pero lo importante es que Dios tiene la intención
de mostrarle a Abraham una tierra, o una porción del planeta tierra.
Ahora vemos Génesis 13: 14,15:
de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur,
y al oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre”
un territorio de la misma tierra (norte, sur, este y oeste---los 4 puntos cardinales),
sino que le promete dársela a él y a su descendencia, para siempre. Sabemos por
Pablo que la descendencia es Cristo mismo y su iglesia fiel)
En Génesis 15:18 leemos que también Dios le especifica a Abraham los linderos o
fronteras de la tierra prometida para él y su simiente:
pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de
Egipto hasta el río grande, el río Eufrates
“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó. En estos versículos bíblicos, Dios no sólo le muestra“En aquel día hizo Jehová un”. Todos sabemos que estas fronteras no4
están en la Patagonia Argentina, ni en Júpiter, sino en el Medio Oriente, en este
mismo planeta tierra.
Así que las promesas de Dios a Abraham incluían la herencia de la tierra, la
formación una nación grande, y la bendición de todas las familias de la tierra.
Jamás encontraremos una promesa dada por Dios a Abraham o a los padres para
partir al cielo para estar con Él y Su Hijo por siempre o por algún tiempo. Esa es
una invención humana que tiene un origen Griego. Y recuerde nuevamente que
esta promesa es para Abraham y su simiente
para todos los que creen en él o son de él (Gál.3:16,29). Así que
que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham”
entonces usted es un hijo o hija de Abraham, e igualmente un heredero con Cristo
de la tierra prometida. ¿No está esto más claro que lo que enseñan los
dispensacionalistas como Mr. Darby?
—la cual es Cristo— y por supuesto,“Sabed, por tanto,(Gál. 3:7). Si usted es de la fe,Jesús vino a confirmar las promesas hechas a los padres
Sin duda Jesús fue enviado por el Padre para predicar el evangelio del Reino
(Lucas 4:43), lo cual involucraba la confirmación de las promesas hechas a los
padres (Abraham, Isaac, Jacob). Esta verdad la reveló Pablo cuando escribió a los
creyentes de Roma, lo siguiente: “Pues os digo, que Cristo vino a ser siervo de la
circuncisión para mostrar la verdad de Dios, PARA CONFIRMAR LAS
PROMESAS HECHAS A LOS PADRES, y para que los gentiles glorifiquen a Dios
por su misericordia…” (Romanos 15:8,9). ¿Y por qué tendrían que glorificar los
gentiles o la iglesia gentil a Dios por la confirmación que hizo Jesús de las
promesas hechas a los padres? Porque la confirmación que hizo Cristo de las
promesas originales hechas a los padres los beneficiaría a ellos también por la
misericordia de Dios. Ellos, sin duda, serían parte y beneficiarios de las promesas
prístinas de Dios hechas a los padres. ¡La iglesia gentil y los Judíos fieles de todas
las épocas serían los favorecidos por las mismas promesas hechas a los padres para
heredar la tierra y el reino futuros!
Esa promesa, repito, siempre involucra la herencia del mundo, tanto para el
Hebreo Abraham, los otros padres, los profetas, y demás fieles del AT, como
también para el Judío Cristo y su iglesia. El apóstol Pablo lo recalca muy
claramente cuando les escribe a los creyentes de Roma, lo siguiente: Porque no por
la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la PROMESA de que sería
HEREDERO DEL MUNDO, sino por la justicia de la fe” (Romanos 4:13). Así que el
asunto es la herencia del mundo, y no se puede heredar algo sin poseerlo. Los
fieles poseerán la tierra y habitarán para siempre en ella.
Los fieles aún no han recibido lo Prometido
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Algunos creyentes creen que Dios ya cumplió todas sus promesas, incluyendo esta
de la tierra. Sin embargo, en Hebreos 11:39 y 40 leemos
de la fe del AT), aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron
lo prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, (¿por qué?)
para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”
no recibieron lo prometido para que ellos no fuesen perfeccionados aparte de los
cristianos o mesiánicos de la Era presente de la gracia
prometido, tanto la tierra y el reino, entonces ellos están reinando aparte de
nosotros, y eso no es posible. ¡Jesús (la cabeza) reinará con todo su cuerpo, y no tan
sólo con sus brazos, alegóricamente hablando!
Otro grupo de cristianos sostiene que Cristo ya estableció su reino en el siglo I, y
que todas las promesas se cumplieron en aquel entonces. Pero nuevamente, si
Cristo ya está reinando desde el Siglo I, entonces Él lo está haciendo con parte de
sus fieles, no con todos, pues aún siguen entrando al “cuerpo” más fieles día a día
hasta el día en que se acabe el tiempo de la gracia.
: “Y todos éstos (los héroes. Es decir, los héroes. Si ellos ya recibieron loLos Mansos heredarán la Tierra
Jesús fue muy claro al decir que los mansos “heredarán la tierra” (Mateo 5:5)
citando un pasaje del Salmo 37. Si los mansos heredarán la tierra, es obvio que los
que hereden otra cosa no lo sean. Así por ejemplo, los que “heredan” el Gehenna
(debajo de la tierra) no son mansos, sino soberbios e impíos. Si alguien dice que su
herencia es algún otro lugar fuera de la tierra, éstos no pueden ser mansos, porque
sólo los mansos heredarán la tierra. Darby parece decirnos que la iglesia, que
según su teoría, tiene una “vocación celestial”, no es de Espíritu manso, sino todo
lo contrario. ¡Cuán grave es su interpretación de la escatología! En Proverbios 10:30
leemos
: “El justo no será removido jamás; Pero los impíos no habitarán la tierra”.Si esta declaración es cierta, lo cual no dudamos, lo que enseña Darby y su
dispensacionalismo se viene abajo. Aquí se nos dice que los que no habitarán la
tierra son los impíos. Me pregunto, ¿Es la iglesia, que tiene una supuesta “vocación
celestial”, impía? Si ella está destinada a reinar con Cristo desde los cielos, entonces
he de concluir que ella es impía, pues los impíos ¡NO HABITARÁN LA TIERRA!
“Para que dónde
yo estoy ustedes también estéis”Muchos creen que Jesús nos ofreció el cielo en diferentes oportunidades mientras
cumplía su ministerio en la tierra. Por ejemplo, nos citan Juan 14:2,3 para decirnos
que iremos al cielo para tomar nuestras moradas eternas con él en la “casa de su
Padre”. Sin embargo, un análisis concienzudo de estos dos versículos nos
convencerá de que Cristo jamás mencionó el cielo ni una sola vez en estos dos
versículos. Es más, el dijo más bien: “Para que donde YO ESTOY ustedes también
estén”. ¿Y dónde estaba Jesús cuando pronunció esa promesa de prepararnos una
morada en la casa de su Padre?¿Acaso en el cielo? ¡Pues claro que no! El aún estaba
en la tierra, ¡en la tierra prometida a los padres! Por tanto Jesús nos prometió estar
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con él en la misma tierra prometida a los padres, y no en el cielo. La casa del Padre
bajará a la nueva tierra…y Dios estará con los hombres como su Dios (Apo. 21:1-4).
Hay ciertamente otros pasajes en que aparentemente Jesús está ofreciéndonos el
cielo si somos de él. Todos esos pasajes ya fueron explicados en mi artículo titulado
“Y que hay de los textos que probarían de que iremos al cielo” y que lo podrán en
mi sitio web (www.elevangeliodelreino.org) en el enlace “El Reino”.