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Católicos Romanos y la Comunión

 

Católicos Romanos y la Comunión

 

 

"No hay promesa más segura ni señal más clara de esta gran esperanza en los nuevos cielos y la nueva tierra 'en donde mora la justicia,' que la Eucaristía. Cada vez que este misterio se celebra, 'se lleva a cabo la obra de nuestra redención' y partimos el único pan que provee la medicina de la inmortalidad, el antídoto para la muerte, y la comida que nos hace vivir para siempre en Jesucristo" (p. 354).
"Tomándolo literalmente (epi-ousios: 'super-esencial'), se refiere directamente al Pan de Vida, al Cuerpo de Cristo, la 'medicina de inmortalidad,' sin la que no tenemos vida en nosotros" (p. 681).
"El Señor nos hace una invitación, pidiendo que le recibamos en el sacramento de la Eucaristía: 'De cierto os digo, que a menos que coman el cuerpo del Hijo del hombre y beban su sangre, no tendrán vida en vosotros' " (p. 349).
"Además de la Unción de los Enfermos, la Iglesia le ofrece a aquellos que están a punto de dejar esta vida la Eucaristía como viaticum. La Comunión en el cuerpo y la sangre de Cristo, recibida en este momento de 'partida' al Padre, tiene particular significado e importancia. Es la semilla de vida eterna y el poder de resurrección, de acuerdo a las palabras del Señor: 'Aquel que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo le levantaré en el día postrero' " (p. 381).

La importancia de la comunión para un Católico es evidente a la luz de estas citas. En otras palabras, el Catolicismo iguala a Jn. 6:53, "De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" con la comunión, y lógicamente deduce entonces que uno debe tomarla para vida espiritual (o salvación). El Catolicismo no es el único grupo que hace esto. En forma breve, este tratado considera objetivamente esta interpretación a la luz del Nuevo Testamento como un todo, para ver si es consistente y por lo tanto refleja el verdadero significado de Juan 6:53 o no. Las siguientes cuatro observaciones son críticas en esta empresa:

 

  • ¡Cuando Jn. 6:53 habló, la Cena del Señor no había ocurrido todavía! En el Evangelio de Juan, no se registra hasta el capítulo 13 y no se hace ningún énfasis en la comunión. ¡Si Jn. 6:53 verdaderamente se refería a la Comunión, entonces nadie hubiera podido tener vida en sí mismo sin ella desde el momento en que estas palabras se hablaron hasta que se instituyó! Pero esto no es lo que el registro Bíblico evidencia! Zaqueo es un ejemplo. ¡En Lc. 19:9 fue salvado, aunque la Cena del Señor no ocurre hasta Lc. 22:15-20, esto es, hasta que Zaqueo recibió su salvación personal! Aparentemente entonces, Zaqueo comió la carne del Hijo del Hombre y bebió su sangre sin tomar la Comunión, ya que la salvación [o vida espiritual] vino a él! Vea además Lc. 7:48-50.
  • ¿Si la comunión es necesaria para la salvación, entonces cómo el arrepentido, moribundo ladrón fue salvo sin haberla comido después que la misma fue instituída? De nuevo, recuerde que la primera Cena del Señor ya había acontecido en este momento. El nunca celebró la comunión, sin embargo obtuvo vida espiritual! Vea Lc. 23:42,43. Obviamente, cumplió con los requisitos de Jn. 6:53 para obtener vida espiritual, pero de nuevo, como con Zaqueo, ¡la obtuvo sin la comunión!
  • El Apóstol Juan cita claramente el propósito de su evangelio en el capítulo 20:30,31: "Estas [las señales milagrosas realizadas por Jesús] se han escrito para que creáis [o continúen creyendo] que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis VIDA en su nombre."

En estos dos versos sinópticos del evangelio completo, el Apóstol Juan escribe sobre el asunto de la vida espiritual, y con absoluta claridad se nos revela que no tiene ninguna conección con la comunión! ¡Esto no sería el caso si Jn. 6:53, que trata también acerca de la vida espiritual y sólo 14 capítulos antes, se refiriera a la comunión! Es claro entonces, que Juan asociaba la vida espiritual con el creer (confiar) en Jesús sin ninguna conección con la comunión.

 

  • Además, si interpretáramos Jn. 6:53 literalmente, como lo hace el Catolicismo, entonces estaríamos verdaderamente comiendo la carne y bebiendo la sangre de Jesús durante una misa Católica. Esto es la doctrina de la transubstanciaión. Si esto verdaderamente ocurriera, como se alega, entonces los elementos de la comunión debían saber a carne y sangre humana. En contraste con estas enseñanzas y lo que un Católico realmente saborea durante la comunión, tenemos una verdadera transubstanciación dada por Dios (cambio en sustancia) en Jn. 2:7-11 como ejemplo. (Esto es cuando Jesús cambió el agua en vino.) ¡Luego de que esa verdadera transubstanciación ocurrió, el agua no supo más a agua! ¡Por el contrario, ahora sabía a lo que había sido transformada (a vino)! ¡Si la iglesia Católica tuviera una verdadera transubstanciación, entonces su producto sabría también al producto final, pero no es así! (Esto es un problema irreconciliable con una interpretación literal de Jn. 6:53.) Por favor, observe la siguiente cita del Concilio Vaticano II en cuanto a esto:
"Nosotros creemos que la misa celebrada por el sacerdote en la persona de Cristo en virtud del poder que recibe en el Sacramento de Orden, el cual es ofrecido por el en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo Místico, es de hecho el Sacrificio del Calvario sacramentalmente realizado en nuestros altares. Creemos que, como el pan y el vino consagrados por el Señor en la Ultima Cena fueron transformados en Su Cuerpo y Sangre, ofrecidos por nosotros en la Cruz, así mismo son el pan y el vino consagrados por el sacerdote transformados en el Cuerpo y la Sangre de Cristo ahora entronado en gloria en los cielos." (Vol. 2, p. 393).
Más aún, esta interpretación literal de Jn. 6:53 ha, desafortunadamente, llevado a la práctica Católica de adoración de los elementos de comunión consagrados, que totavía hoy se lleva a cabo, como la siguiente cita revela:
"Adoración de la Eucaristía. En la liturgia de la Misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies del pan y el vino, mediante, entre otras cosas, la inclinación o genuflexión como señal de adoración al Señor. 'La iglesia Católica ha ofrecido siempre y todavía ofrece al sacramento de la Eucaristía el culto de adoración, no sólo durante la Misa, sino fuera de ella, reservando las hostias consagrada con sumo cuidado, exponiéndolas a la solemne veneración de los fieles, y cargándolas en procesión' " (Catechism of the Catholic Church [El Catecismo de la Iglesia Católica], p. 347).
Al mal interpretar Jn 6:53-56, no sólo son cientos de millones descarriados en cuanto a la vida espiritual, sino que una adoración falsa en forma de idolatría ha sido instituída por el mismo motivo. Ver Jn. 4:23, 24 para entender la importancia de la adoración a Dios.

 

En verdad, Jn. 6:53-56 sólo puede referirse a algo que uno pueda alcanzar completamente sin ninguna conección con la comunión basándonos en las observaciones antes señaladas. ¡Como en otras ocasiones en las que el Señor habló del "vino verdadero" refiriéndose a sí mismo (Jn. 15:1) y de "la puerta" (Jn. 10:9), no debemos tomar estas descripciones, ni Jn. 6:53, en ninguna otra forma que en su sentido figurativo! Esta es la única posible interpretación que podemos dar consistente con las Sagradas Escrituras.

 

¿Cuál es entonces el significado verdadero de Jn. 6:53-56? Según las Escrituras, cuando el pasaje en cuestión fue dado por primera vez, sólo unos versos antes, en el verso 47, Jesús enseñó "De cierto, de cierto os digo: El que crée en mí [tiempo contínuo] tiene vida eterna." Por lo tanto, según el contexto inmediato y toda la información relacionada con alguien que recibe salvación contenida en todo el Nuevo Testamento, el único posible significado consistente de Jn. 6:53 es un contínuo comer y beber del cuerpo y la sangre del Señor en un sentido figurativo através de contínuamente creer en El, o sea, confiar en El hasta el punto de someterse a El. En cuanto al sometimiento a Cristo, Gal. 5:24 dice: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos." Vea también Ef. 5:24a.

 

En conclusión, sepa que nosotros NO recibimos a Cristo cuando recibimos la comunión. Según Jn. 1:12, nosotros recibimos a Cristo cuando creemos en el nombre de Jesús, o sea, cuando confiamos en El la salvación de nuestras almas. Además, "la obra de nuestra redención" no se está llevando a cabo ya, como enseña el Catolicismo de hoy. Jesús dijo, "Consumado es" desde la cruz (Jn. 19: 30) queriendo decir que la deuda de pecado de toda la humanidad (Rom. 5:6; 1 Jn. 2:2) fue pagada en aquel sólo acto, para no repetirse más (Heb. 7:27; 9:26-28; 10:10-12). Es a través de Su sangre derramada en la cruz que obtenemos paz para con Dios y redención (Col. 1:20; Eph. 1:7). Ahora que nuestra salvación nos fue dada por el Señor, debemos individualmente apropiarnos de nuestra propia salvación confiando en Jesús para la salvación de nuestra alma (Hechos 16:31). Esto significa que debemos arrepentirnos (dar la espalda al pecado), de acuerdo al mensaje de Pablo: "He declarado a Judíos y Gentiles que deben volverse a Dios en arrepentimiento y tener fe en nuestro Señor Jesucristo." (Hechos 20: 21). El Señor mismo definió a los salvados en Lc. 8:21, "Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la siguen." (Favor de observar: ¡El Señor NO dijo, "Mi madre y mis hermanos son los que creyeron en Mí una vez en la vida, pero ahora pueden vivir vidas no agradables a Dios," como Charles Stanley, Robert Thieme, Adrian Rogers, Tony Evans, June Hunt y muchos otros maestros de la seguridad eterna entienden por salvación!) Un sometimiento a Jesús contínuo --un seguirle sin avergonzarnos está implícito en el creer en El (Lk. 9:23-26). En Apoc. 17:14 aquellos que realmente entran en el reino son descritos como "... sus llamados, escogidos y fieles seguidores." Finalmente, como el Señor claramente dijo a los que ya le servían (Sus "discípulos," no Israel): "Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; más el que persevere hasta el fin, ese será salvo" (Matt. 10:22).

Las siguientes citas que tratan acerca de la importancia de la comunión Católica han sido tomadas de Catechism of the Catholic Church [El Catecismo de la Iglesia Católica] (Libreria Editrice Vaticana -- En los Estados Unidos, Liguori Publicaciones, 1994), Imprimi Potest Joseph Cardenal Ratzinger. El énfasis en algunas partes no es original.
hermanos que el Señor los acompañe 3 visitantes (5 clics a subpáginas) los saludo en el amor del Señor
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